Entonces llegan las horas quedas del entreacto del mediodía, cuando se para la vida y apetece siesta. Nos subimos a hurtadillas al hogar del ascensor para que sea de tu cuerpo el sudor que me escurre por las costillas. Para entrar en tu propio cielo ardiente, quedarme encendido y mojado, surtido y derramado, libremente encerrado … Sigue leyendo Agosto
Copia y pega esta URL en tu sitio WordPress para incrustarlo
Copia y pega este código en tu sitio para incrustarlo