Solo, pero no sólo

Hablaba solo, sin mover los labios, todo el santo día, todo el puñetero insomnio. Y cuando los movía, le parecían lo labios de otro. Pensaba solo mientras le hablaban los demás, andaba solo hasta en los vericuetos de la colmena, dormía solo aunque el otro lado de la cama se moviera ligeramente. Cuando no pensaba, … Sigue leyendo Solo, pero no sólo