Quizá las cosas
tengan que ser así de escasas,
quizá la felicidad
sólo pueda ser disfrutada
con cuentagotas,
quizá sea necesario no tenerse
para que el amor arda,
quizá no haya veneno que mate
más despacio que la rutina.
Y el tiempo mientras tanto,
eso es la vida.
Quizá las cosas se rebelen,
la felicidad se me atragante,
el amor se convierta en ceniza
y el veneno me deje indemne,
pero el tiempo mientras tanto,
eso es la vida
poema
Siento nostalgia de tu peso,
del modo tan particular que tiene
el amor de encaramarse a las sillas,
de ese raro momento en que coincide
la sinuosa geometría de dos cuerpos
abrazando una misma gravedad.
Es curioso que la nostalgia se me acumule
en los brazos abiertos, en los muslos exentos
de ese peso justo que me sujeta a la tierra,
en el hueco desolado que noto en el pecho.
Dirás, con esa niebla
con que miras la vida,
que el amor no se enroca en los cajones,
que las ausencias rotas
no viven en las sillas.
Seguramente tendrías razón si lo dijeras
como lo dices todo, mansamente,
como quien alumbra el fondo de la celda
en la que se desespera de oscuridad;
tal vez tuvieras razón y se pueda
tener una vida corriente entre las manos
sin otra cosa que llevarse a los muslos
que el recuerdo de un peso
sostenido a favor y en contra
de la ley de la realidad.
Ocurre que no puedo parar
que no sé cómo empieza
que surge la avalancha intempestiva
que me arrasa una avenida
de palabras sin ton ni son
Ocurre que no puedo detener los dedos
que el verso me gira alrededor
que todo lo demás parece vacío
que paso del frío al calor
y de la memoria al olvido
Que siento cómo me envuelven palabras
sin que pueda dejar que pasen intactas
que me inundan estribillos y melodías
mientras me descubro pulsando en la barriga
cuerdas de guitarra imaginaria
Que actores recitan pasajes famosos
que hablan yo que sé de ti de nosotros
de la otra vida de los altibajos
de que bailamos sobre extraños escenarios
hechos a medida para media luz
Entonces no puedo parar
aunque no sé como empieza
y tengo que seguir y seguir
rellenando renglones a destiempo
repitiendo lo ya dicho hasta cansar
Me quedo sin aire en el pecho
me mancho los dedos de una tinta que no se borra
en este frenesí que da la sombra
con esta lujuria de lo no conseguido
y me vuelven fantasmas ya vividos
espíritus al sol que nadie nombra
inicio conversaciones que no tienen sentido
que se resuelven en silencio
que se agolpan interminables en la memoria
de lo nunca dicho
Ocurre que no puedo parar
que no sé como empieza
pero me resulta imposible detener
el hilo cansino de este poema
que intenta dejarte sin respiración
Ocurre que se me aparecen tus ojos
y te beso otra vez en un rincón
aunque todos los ángulos se hacen el muerto
cuando chocamos tu y yo
mientras escribo palabras según vienen
que no se pueden contener en las yemas
que recuerdo cartas que envidio poemas
que oigo tu voz agitándose en risa
o tornándose ternura que no encuentro el modo
de impedir que se me vuelve todo rojo
sin saber por qué
Ocurre que no se me cansan las manos
ni se me acaba el papel
y en la cabeza me aturde un diccionario
que me lanza sus términos en tropel
como si yo fuese una antena de carne
recubierta de piel y vocabulario.
Ocurre que no puedo parar
mientras escribo y que las horas pasan
como si fueran segundos fugaces
colibrís imparables suspendidos en las flores
hojas removidas por la tormenta
que cambian de sitio pero no se quieren ir
Ocurre que no soy capaz de desdecirme
ni mirar si he puesto los puntos y las comas
que fluyen inocentes la palabras de mi boca
sin que pronuncie nada sin resistir
Ocurre que los dedos se me aceleran
que me está dando miedo escribir sin frenos
que la cuesta abajo de los versos no tiene fin
que me invaden potentes pensamientos
que resucitan primaveras y alejan inviernos
que no puedo parar y no sé como empieza
que tendré que tirarme y saltar de este poema
que no descansa que me tiene preso
buscando rimas que no consigo
que por más deprisa que escribo
no encuentro la palanca del freno de mano
que me están atrapando estas letras aunque no quiero salir
pero tendré que terminarlas de alguna manera
así que cierro los ojos, me cubro
la cabeza con los brazos
y salto en marcha de este poema
hacia la vida
y que sea lo que dios quiera…