La ciudad extiende sus brazos por debajo de los días y de las noches, enciende cuestiones de trabajo, vulnera discusiones, atascos y llena de semáforos oscuros la piel de los pasos de peatones.
Llego de nuevo a esta ciudad, que raramente sale en las televisiones, sin haberme ido del todo, sin apenas haberme quedado un poco perdido en sus rincones. Me escucha pasear a malas horas, hacer cola en la taquilla de las ilusiones, asfaltando el final de las historias. Vago por la ciudad de cemento y ascensores como pirata del caribe perdido en una obra.
Todos los besos son derrotas, todos los besos pierden aunque parezcan ganadores, cuanto más saben a gloria los besos, más señalan a los perdedores.
Voy llenando de cruces rojas la ciudad de mis labios que guardo en un mapa de Granada, como escribo vivas en la memoria de todas las cosas que no existen y de aquellos besos que me diste sabiendo que eran sombras.
La ciudad y sus brazos de calle van alargando su longitud de onda. Pero nunca terminan de abrazarme cuando todos los besos son la misma derrota que flota en el aire.
Besos en la multitud
En medio del apretujamiento
Del calor de tantos
Te volviste hacia mí
Me besaste
Tu beso nos dejó solos
En la multitud
Hizo sin palabras
Las palabras(Gioconda Belli)