Ha sido duro el invierno. El jardín apenas resistió los hielos, la falta de agua, el calor inesperado. La planta se había secado.

Quizás debí tomar medidas, protegerla de la intemperie, arroparla en las noches de frío siberiano y estar más atento a su riego. Siempre me pasa lo mismo, me dedico a lamentar lo que no hice y a buscar un motivo para la desidia.

Suelo encontrarlo. Porque quiero creer que todo tiene su tiempo, sus recursos, su propia manera de afrontar el azar de la meteorología. Porque cuando me precipito, todo sale al revés. Porque no sé todo lo que aparento saber, lo que los demás me hacen creer que sé. Porque aquello que no sobrevive al invierno, no merece disfrutar de la primavera.

Así que pensé cortarla de raíz. Pero… ¿qué poner en su lugar? Bueno, mientras lo pensaba, decidí esperar, dejarlo todo como estaba.

Largo tiempo el de la espera sin esperanza, el de retrasar la desesperación. Pero… ¿qué poner en su lugar? Tanto tiempo conmigo, tanto tiempo conmigo que ahora ¿cómo sustituirla? Las mismas dudas que mueven el mundo, también lo paran.

Y resignado a decidir, quise ver la planta por última vez, casi como despedida, cuando advertí por entre los claroscuros de la tarde, un cierto color verde en sus ramas. ¿Verde? Sí, estaba brotando por lugares señalados de su tronco seco.

Entonces me acordé de eso que me dijiste, no sé si con envidia, unas tardes después de los truenos: «Te sale bien esperar. Se ve que tienes suerte». Aunque no dijiste nada de lo que me cuesta.

Puedo ser un hombre con suerte, con la suerte de esperar, quizás tengas razón. Pero —porque el ser humano es incomprensible e incoherente—, quizás, precisamente a mí, que tengo la suerte de esperar, es a quien más le gustaría saborear la otra suerte, la de tener todo, eso que espero tanto, ya.

O, tal vez, la mala suerte de dejarlo todo intacto.

Keeping things whole

In a field
I am the absence
of field.
This is
always the case.
Wherever I am
I am what is missing.

When I walk
I part the air
and always
the air moves in
to fill the spaces
where my body’s been.

We all have reasons
for moving.
I move
to keep things whole.

(Mark Strand, Selected poems, 1979)