En esta vida ordenada que llevo

de ir a trabajar todos los días,

de perder la tarde en tonterías

y por las noches el sueño,

en esta vida simple y liviana

que todo me lo toma en serio

pero se ríe de mí desde el espejo

con las casualidades que me manda,

en esta vida tan predecible

de palabras viejas y ya consabidas,

de presencias mil veces repetidas

rellenando los huecos de lo posible,

en esta vida cómoda y acomodada

que ya no recuerdo cuando preferí,

en esta vida que se limita a vivir

sin querer saber lo que me pasa,

en este miedo de vida

que todo el mundo me perdona

y en la que yo perdono a todas horas,

todas las noches, todos los días,

en esta vida que tengo a medio hacer,

ya sólo me quedas tú, vida,

y eres la última causa perdida

que me queda por perder.