Es verdad que no parece mucho,

solo un mensaje de naufrago

tirado al mar de la distancia,

aparecido apenas entre las letras

rigurosamente raras que practico

encadenando versos

a la deriva.

Cada vez que todo se derrumbe

o sientas el vértigo del abismo,

no dejes de entender su secreto,

tácito pero cierto, limpio. Tú sólo

intenta llevarlo de la mano contigo,

guardarlo en el corazón desamparado

o en la memoria

de la noche.

Verás que el mensaje no se borra

incluso aunque le llores miedo encima;

disipa con él tus sueños amargos de ceniza,

ábrele paso hacia nuevas olas

que se avecinan.

Que el azar me lleve hasta tu orilla,

ola o viento, que tome tu rumbo,

que hasta ti llegue y te venza mi ternura.

(Darío Jaramillo Agudelo)