Ando buscando otra luz en la que bañarte,
acércate a la ventana, vamos, destensa el pasado,
pierde la vista en aquel horizonte.
Quieta, así, tranquila, quiero capturar
en el poema ese brillo que tienen tus ojos
cuando me dices lo que no me dices,
cuando después lo niegas todo.
Relaja las manos, como cuando acaricias,
desabróchate otro botón, deja que el corazón
se te adivine por el borde de la camisa,
humedécete los labios.
Quieta, así, gira un poco la esperanza
pero sin mover los hombros,
baila mientras te miro, detén el reloj y el escorzo,
sonríe como cuando iluminas las tardes,
muéstrame un poco más del cuello que espera un beso,
entorna la distancia para que no duela,
cruza un poco las piernas por debajo de la mesa,
déjame mirar más adentro.
Quieta, así, no te muevas, calma,
que quiero pintarte en un poema
y estoy buscando la mezcla de palabras
que rime con la textura de tu piel,
ando detrás del color que te imprime la risa
sobre un paisaje de otoño.
Eso es, eso, así, quieta.
Por favor, ahora no muevas el corazón,
déjame que te pinte así en este poema
como si me quisieras al leerlo,
como si al escribirlo te quisiera yo…
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