Algunas veces, el universo cabe
en la palma de la mano
y al cerrarla, para que no escape,
la encontramos llena de otras manos.
A ratos, sin previo aviso,
el mundo hace un alto en el ángulo preciso
para anunciar el tiempo de los abrazos
y raramente, pero sucede,
consiguen escapar vivos
los sueños después de alcanzados.
Algunas tardes creo
que son posibles todos los milagros;
incluso que de vez en cuando la vida,
esta misma vida que nos separa,
me bese en la boca
con tus labios.