Digo que ahora estoy viviendo una vida contigo cuando entorno los ojos y se me aparece tu rostro y me invade una ternura imparable con la que riego después las cosas, como si así te llegara de vuelta por ellas lo que no existe.
O cuando, perdido en un doblez de la consciencia, concierto conmigo mismo un discurso que nunca te digo, con el que hacerte saber todo lo que he visto por ti, en ti, desde ti y contigo. No miento cuando te digo mi vida. Que no te lo parezca.
Entiéndeme tú, entiende ahora todas las cosas que en el futuro escriba y quédate de lleno con la verdad que hay siempre en la mentira.
La verdad de la mentira
Al lector se le llenaron de pronto los ojos de lágrimas,
y una voz cariñosa le susurró al oído:
—¿Por qué lloras, si todo
en ese libro es de mentira?
Y él respondió:
—Lo sé;
pero lo que yo siento es de verdad.@(Ángel González, Nada grave, 2007)