Cuando no estás, cuando el gris se apodera de los ojos y el silencio de las letras es un espacio hondo y largo, todo eres tú. Todo consiste en ti, en una búsqueda por la memoria, en una espera que te nombra orientándolo todo hacia un punto del que proviene tu luz.
Recorro casas en las que nunca estuve, abro ventanas que simulan dibujarte, invento palabras que te contengan y luego te extraigo exprimiéndolas.
El corazón entretanto se agita y las manos no paran en mi cabeza proyectando garabatos sensibles, deshaciéndose en escenas que ya había visto en otros cines de sesión continua. Pareces entonces mía o, mejor dicho, parezco tuyo, apéndice escindido, pétalo cortado, tuerca olvidada que sueña tornillos que le giran por dentro.
Hasta que apareces, te tengo, te contengo, consientes quedarte habitando un secreto permanente, ocupando un silencio de elocuencias que conversamos a medias.
Y entonces, cuando llegas —llevaba un rato esperando verte—, cuando te alcanzo te esfumas y te disuelves en otra piel, en otra voz, al otro lado de mí. Al llegar, desapareces, y dejas de ser mi amor imposible.
Un amor imposible es
Un amor imposible es el más feliz de los amores.
O puede serlo.
Basta que creas que es posible un amor imposible
y esto hará la felicidad del amor imposible.
Puede que seas el amor imposible de tu amor imposible.
Pero esto es un milagro.
Todos los amores imposibles son eternos,
el tiempo no los toca
y no existen traiciones entre los amores imposibles.
Amo con toda intensidad, amo sin límites
a cada uno de mis amores imposibles.
A veces el olor del café trastoca el orden de los años
y voy a dar a la madrugada
de un resplandor que a mí me alumbra
o de pronto la voz de Janis Joplin
me ensarta en una noche cítrica,
de alambre,
la noche del hechizo,
puede ser una forma precisa de mecerse el viento entre los árboles
y la danza del cuerpo,
la eterna danza de un cuerpo eterno
entre la eterna danza de la brisa.
Los eternos amores imposibles
no se tocan, no se cruzan, no pueden verse entre sí,
no existen los celos entre los amores imposibles,
son perfectos los amores imposibles.(Darío Jaramillo Agudelo, Libros de poemas, 2001)
Where is my man
Nunca te tengo tanto como cuando te busco
sabiendo de antemano que no puedo encontrarte.
Sólo entonces consiento estar enamorada[…](Ana Rossetti)