Es mentira. Podría ser menos rotundo y decir que no es verdad, que suena más reflexivo, más prudente. Pero lo cierto es que es mentira.
Los peces del acuario no pueden vivir en el mar. Pueden soñar con playas, acercarse al cristal y desear la vida que les va pasando por fuera, a ráfagas, como fotogramas sueltos de otra realidad que casi se puede tocar con las aletas.
Pero es mentira, todo es mentira. Quienes se asoman de tanto en tanto al cristal, no existen, no son reales. Sólo son deseos que se proyectan sobre el vidrio, rostros que la difracción de la luz engrandece hasta hacerlos más hermosos.
Pero no puede ser. Los peces de acuario pueden soñar con el mar abierto, pero si los sacas y los llevas a donde rompen las olas, se ahogan de libertad, le asusta el agua interminable y la sal les pone la tensión por las nubes. Es mentira, los peces del acuario no saben navegar.
A lo más que llegan es a quedarse en la orilla, levantar otros muros de vidrio que les separen de lo real y a llorar sin párpados la intensa realidad de saber que, aquello que no se hizo, no podrá deshacerse jamás.
Y tú y yo somos peces de acuario, un tanto extraños porque nuestra memoria no es de pez, pero somos criaturas que vemos la vida de los demás pasar por detrás de unos cristales que, al mismo tiempo que nos encierran, nos dan la única libertad que nos tomamos: la de mirar al pasado y soñar con lo que pudo ser.
Los peces del acuario no salimos buscando el mar inagotable, sino otro acuario con vistas a una mentira más veraz. Una nueva mentira que nos dé golpecitos en el cristal para anunciarnos que las migajas que siempre nos echa son la única verdad.
Y habrá quien diga que fui yo el primero en olvidar…
Andrés (Santiago Cabrera), que vive en Alemania desde hace diez años, regresa a Chile para liquidar su pasado antes de asentarse definitivamente en Berlín. Sin embargo, durante la fiesta de cumpleaños de uno de sus amigos, entra en contacto de nuevo con el mundo que abandonó e incluso vuelve a ver a Beatriz (Blanca Lewin), su gran amor. Ese reencuentro podría cambiar los proyectos y la vida de Andrés para siempre. (FILMAFFINITY)