Con tus ojos de minucioso relojero me miras y lo sabes, encuentras el mecanismo concreto, las palabras perdidas, el pensamiento desla-bazado que me nubla los estados de ánimo.
Me escuchas, con oído sinfónico, me escuchas y lo sabes, el ruidito de los gestos que desentonan, el rumor de las dudas de contengo. Me lees y lo sabes, con tu corazón empapado en tormenta, con el telescopio redondo de tus labios, siempre lo sabes.
Me miras y lo sabes, reduces a polvo los ladrillos que se me caen encima cuando no trago y me miras y lo sabes como si fueran tuyos el miedo, la tristeza o el desamparo.
Y yo que quisiera saber decirte algunas cosas que me callo, lo que preciso es tenerte al lado y que me mires y lo sepas.