Hay libros que no se leen con los ojos, libros de los que nadie sale indemne.

Hay libros que tapan el sol aunque no sea de día, libros que nublan las memorias y atormentan.

Hay libros que te cuentan la vida en un catálogo de putadas asimétricas, en un listado de remordimientos, en un inventario de rencores.

Hay libros que son un muestrario de gente que no sabe decir lo que quiere, que se mueren de amor sin poder amar ni morirse.

Hay libros llenos de gente que se entrega a un desamor con locura, que recuentan espinas para lamentarse, que se aniquilan unos a otros en incómodos plazos.

Hay libros malheridos, llenos de espejos en donde verte las cicatrices.

Hay libros con vidas que no salen del silencio, en donde todos se sienten un poco muertos.

Hay libros que registran el dolor a cámara lenta, que entumecen la alegría y que lloran solos.

Hay libros tan reales como la vida misma, tan falsos como la vida misma, tan absurdos como la vida misma, tan certeros como la vida misma, tan libros como la vida misma. Hay libros que duelen.

Hay vidas que son como libros y hay libros que sería mejor no leer cuando llueve.